martes, 3 de noviembre de 2009

Cármen Váscones, poetisa del Ecuador, comenta a Leoncio Bueno

"Leoncio, la voz insobornable del amor y de la lucha por la dignidad. Humanizante sembrador, inunda con su fertilidad los pensamientos de la tierra retoñando en el orígen de los tiempos.
¿Tanto dolor tiene la belleza? ¿Tanta belleza tiene el dolor? ¿Cuál dolor? El de él y ella. Gameto atemporal del aguijón insurgente que navega en la sangre y en el sentido de los enamorados.
La guerra justificada, es todo lo contrario al pleito del amante sin ataques planificados.
Cuando de amenazas, ataques y alertas se trata, ya ahí estamos hablando de entradas a actos irreparables que amenazan y detonan en pueblos enteros y hasta en generaciones venideras.
El poeta trovador justiciero denuncia el horror que crece como incendio y peste.
Amor y guerra son extremos del génesis de la civilización y de todos los tiempos. Los dos son capaces de devastar y provocar edificaciones sobre las ruinas. Pero hay una diferencia. En el amor dos se eligen, mas en la guerra la provocación al otro trae su trampa y desventaja.
La muerte de las historias arranca la raíz de la genealogía. La soledad junto con la orfandad divagan entre pérdidas e infancias devoradas.
¿Qué es el amor entonces, si por este, se es capáz hasta de morir? Veamos que le pasa al amante de la vida que ofrenda su destino.
"Antes de tí toda sensibilidad deambulaba extraviada".
Pareciera que el epicentro y el eje del movimiento como referente es el cuerpo femenino como metáfora del mundo. Un todo de mujer abrazante de sueños de gestación, de preñéz de mitos y leyendas. Naturaleza encarnada y descarnada de dolor, de versos y deleites.
El poeta, con su "sed mamífera" no puede olvidar que una vez nacido está dentro del relato del testigo que cuenta la miseria humana, que no puede olvidarla, que tiene que enfrentarla, que tiene que acabarla.
¿Y que hace en el amor? Deja su huella, su herida, su marca, su portón de carne y palabras libres del calabozo del tiempo y del espacio.
"Solo por tí vuelvo a estar presente en mi mismo/para poder escribirte/haz de mi lo que quieras/recógeme, revientame/destruyeme del todo si te place.../".
Y la amada que deshoja y desviste al miedo, que lo humedece con su fuente acunante, que le devuelve la confianza. Aunque aparezca lo amado como héroe cautivo o derrotado por victorias inexistentes, ella, es el semblante decisivo de comienzos y finales. Es la amada que recuerda retornos y partidas.
Madre y muerte dentro de una mujer donde se inicia el mundo y el universo de la gracia y la desgracia.
Divina guarida, olimpo de trincheras, altar de refugios, campo cultivado. Rayo tribal de la lluvia. "Llama del deseo", que nos profetiza que dejaremos de ser, que ya somos ausencia del acto y de la realidad que se precipita en la escritura de los cuerpos prontamente descompuestos en la transfiguración del placer y la tristeza.

ENTRE RELATOS Y POESÍA LEONCIO BUENO


Cantar del Golondrino Leoncio Bueno Testimonio de Vida




miércoles, 16 de septiembre de 2009

ASÍ FUÉ MI ANDAR

Así fué mi andar, despiadado

Este fué mi destino, sombrío

Tenía que ser así:

Un hambriento obnubilado,

Escribidor tan hórrido y sin pelos en la lengua;

Un soñador tan necio, tan loco de aventuras.

Contestatario insolente, ténaz y subversivo.

Solo leal y consecuente,

Con sus grandes martirios

Y anhelos amorosos:

La libertad, lo verdadero, la belleza.

Un apóstol amoral, insólito,

Alentador tribunicio de inmortales utopías.

¡Salud! ¡Salud! Y grandes alegrías,

¡De amor, liberación y poesía!

¡Viva la Santa Anarquía!


lunes, 14 de septiembre de 2009

Saludo a los amigos

Con saludos anarquistas para mis buenas amistades: Mary Gutierrez, Carmen Vascones, Juana Villfane, Ivan Yauri, mi hijas Sara Bueno y contando con el apoyo de mis hijos Gladys Vargas Machuca y Samir Bueno. ¡Salud! ¡Liberación! ¡Amor y Poesía! ¡Viva la Santa Anarquía!
Bulmar de Leoncio Bueno Barrantes

viernes, 26 de junio de 2009

No me uniré a la grey...

No me uniré a la grey del evangelio
ni al rebaño llorón de los sufridos
creyentes de Jahvé y las escrituras.

No me siento ningún adolorido
creyente en algún dios o en la otra vida.
Tampoco un desertor de la batalla
a cambio de mansiones en que lluevan
laureles y tonsuras doctorales,
a cambio de coyundas e imposturas.
De lo que estoy seguro y subversivo
es de no ser imitador de lloriqueos
coplero lacrimoso, vil cristero,
por recibir prebendas patronales.

Soy un perpetuo luchador primario,
veraz y solitario, glorioso en su pobreza.
Jamás adulador de profesión, graduado
por papas, dictadores y caudillos,
perversos mandamases,
divinos o endiablados,
que pagan a sus chupes al contado.

Soy cazador...

Soy cazador amante de mis sueños
no aspiro a tener nada en este mundo.
No me importa andar solo, estar desnudo
y que todas las puertas se me cierren.

Ya estoy viendo en las rocas de la noche
los ojos de la luna al fin del túnel.
Es sólo por mi néctar consecuente
que llego ya al fin de esta batalla.