lunes, 29 de diciembre de 2008

EL INAUDITO CANTO DE LOS HUACATAY

EL INAUDITO CANTO DE LOS HUACATAY

GENERALES DE LEY


Yo soy Wulmar,
O Wúlmaro – Bulmaro
Un huacatay,
Ese soy yo. No me arrepiento.
Nada de lo que hice, o NO hice
Me tiene preocupado.
Soy el que soy, un hombre de maíz,
Un vástago del Bien...y del mal.
Antiguo aprista, ex – stalinista. Después
romántico trotskista, fautor de poesías.

Nací en el año 20
Del siglo que pasó,
El siglo
Más infernal: el siglo XX
Siglo de la gran destrucción,
Siglo de los genocidas,
De las dos guerras mundiales,
Del fascismo y el stalinismo,
Y el exterminio brutal
Del hábitat, la dulce tierra en flor, sus árboles y peces,
Del verde y el azul
Del hombre gens, el hombre popular,
Amigo y protector de las rosas y las mariposas.


Mi madre fue la arena
Mi padre el río Chícam.

Del encuentro violento
De esas dos biopotencias nucleares

Nací yo:

Migrante de color
Llacta runa /
Enemigo mortal
De felones y homicidas.

Del río alcé mi canto
De la arena la flor de los incendios.

Yo quiero que HOY
Escuches hermano, escuches hermana
Este canto plural
Afro peruano,
Andino,
Occidental,
Latino,
Mundial americano.



PRIMERO


Ante todo
Soy
Un huacatay:
Puro Perú mestizo, Bien tramado
Recontra / Bien fraguado
Tetracontinental,
Gladiador de las murallas,
Destripador de pampas verticales,
Devorador de cerros alambrados.
Magín de los peñascos,
Los eriazos, las pampas,
Meador de sedientos arenales,
Almirante de esteras navegantes
Y de broncas invasiones capitales.
Kala moche
Integrador de ejércitos descalzos,
Armador de barracas, chalanas y veleros
Un espalda rayada,
Abierto por el vientre
De par en par: Parido por las piedras estupradas.


Soy el nieto de la piedra,
Hermano de alacranes y gorriones;
Hijo de golondrinos,
Del mar y de ultramar;
Un sembrador de frutos y donceles,
Locos,
Lunáticos en aras turbulentas.
Plantador de caña dulce,
Extirpador de tiernas higuerillas
Que arranqué sin llorar
Para salvar la caña planta.
Yo, león cazador de milenios
Poco tengo que ver con Incas, chavines o chimúes;
Ni me orgullezco ni me avergüenzo de ellos.
Nada les debo a los caudillos, traidores genocidas, satrapillos
- Fautores de hatunrunas, yanaconas y mitimaes -
Tipo Atahuallpa, Pachacútec,
Señores de Chavín, de Cupisnique o de Sipán.
Más cerca estoy de otros macros asesinos
Venidos de ultramar
Que trajeron las mafias, la escritura;
Que trajeron nuevas idolatrías sadomasoquistas
Ni mejores ni peores
Que las del viejo carnicero Pachacámac.
Salvajes europeos, sensuales africanos, asiáticos viciosos,
Que tramaron la urdiembre de mis viejas raíces ancestrales....
Caníbales musicales, cristianos antropófagos, asiáticos sectarios
De cuatro continentes,
Forjaron al ahora, feroz frugal,
Satanás y Jesús,
De un Perú multirracial, crucificado
Por sembrar el maíz fundacional
Arando el mar, el cielo y las estrellas.



SEGUNDO


Yo soy el huracán Sarah,
Hijo del arenal: Un yunga,
Fundador de Chan Chan,
Fecundador del barro y el granito,
Degollador de sátrapas y eunucos,
Del rayo y el relámpago,
Del bronce y de la piedra,
De los Andes dorados y de los ríos turbulentos,
Que riegan los desiertos y los valles,
Los valles inmortales de la arcilla,
Magma de los adobes de oro,
De las huacas temidas de Chócope,
De Licapa, Chícam y de otras veras,
De metales volátiles,
De sensuales ceramios pornográficos,
Y las altas murallas siderales,
Custodias de Chan Chan, Sol de soles,
Capital celestial de ultraterrestres,
Hombres de bronce y de carbón / Hatunrunas, kalarunas,
Sembradores de ají, bebedores de chicha bien curada,
Fieros refundadores de tierras secuestradas:
Parricidas, fratricidas, genocidas,
En las grandes carnicerías cristianas de la historia.



TERCERO


Pasados dos mil años,
De sueños, claudicaciones y traiciones,
De furias y de incendios;
Ahora: andino hasta la médula
Suelto en la vía
Sin marocas, sin ancestros “legítimos”
Soy nuevamente el Sol
El hombre nuevo y la nueva insurgencia
De un juvenil Perú bastante milenario
Mezclado hasta las güevas
Viajero de la luz y del rugido
Gañán universal de tempestades
Bozal de ventisqueros,
Nuevamente el tiempo,
Un tiempo viejo sin pan, sin agua y sin batracios;
El trueno en los oídos
La arena entre las cejas
El rayo que agoniza
Y despedaza
Naciendo con el viento
Cual río
Que riega su calzón desde los gélidos picachos.



CUARTO


Pese a los años
Tras diez siglos de expiación
Poco he cambiado.
Sigo a pie
En pie, majado.... y
Majando en fierro frío.

AHORA: Igual que siempre
En tempestad pedestre: Armado
Huacatay de los Andes y las yungas.

En el Tercer Milenio, sigo siendo yo mismo. Sí,
Yo mismo soy: pico de piedra, cerebro apedreado
Aunque he vomitado más vinagre y más ceniza negra
Que los viejos volcanes de los Andes:

AHORA: Una vez más, como antaño,
Me hacen tragar sopas de perro
Espadas y tanques con caldos nucleares
Todos salidos de la sangre y de las lágrimas
De mis hermanos, condenados de la Sierra.



QUINTO


Año tras año
Propios y extraños
Me rompieron el alma y las parcelas;
Violaron mis mujeres,
Hundieron mis talleres, volaron mis acequias y santuarios;
Pero nada pudieron con mis átomos
No quebraron mi voz ni mis áureas turbulencias.
Ese soy yo:
Un inmortal
Un milenario
El único guerrero indestructible
Eterno mentor fanático y erótico
Sol de soles, Andino,
Ayer y AHORA presente, innumerable,
Cual mis hermanos los cactus del desierto.
N U E V A M E N T E
Sol Sol
El hombre tieso
Bien macro
Titánico, matrero sin seso,
Demoledor y actor en el pasado, presente y el futuro.



SEXTO


Soy quien soy:
El verbo de Dios que soy yo mismo:
Tribuno del Amor,
Patrón de la palabra,
Gran cazador de estrellas y mujeres indomables.
Soy el tiempo y el agua
El riego y el condimento
Soy el cielo y el mar: El mar Océano
El verso y el pensamiento
El rayo y el pararrayo
El falo celestial y el semen del Firmamento.

Soy el ciempiés, el puro brazo, parido por las ánimas rabonas
El padre sol, huamán exótico
La cordillera de los Andes;
Serrano, costeño, selvícola, mestizo indefinido
Mezcolanza revuelta de trago con candela
Y papas con ají, jora de yuca
Alcohol de Chachapoyas:
Triglígeno espacial
Para toda clase de orgías o faenas de mar...
Total:
¡Un tigre! Un tigre de la chamba existencial, tragón de castigo:
El más hermoso
El más oriento
E insolente
Loco, pugnaz, irreverente
e insaciable turbión esclarecido.
Más bello que un león o un arcoiris.
Cuando el poeta canta
hasta el cañón florece.



SETIMO


Soy el principio y el caos
El comienzo y el fin de todo lo que existe
En mi patria truncada y descuartizada
De todo lo que hala y pala
Y da luz a sus lunas laterales.

Por siempre el gran simpático
El mango de la Física y de la Metafísica
Soy la cancha y la sal que atizan las poesías
La guerra y la paz, el arte, los conciertos de las artillerías musicales.
El Dios degollador de la justicia
atizador de la codicia y la lujuria
Y de ávidos placeres con la caña de azúcar:
Verdadero Tan Tán multifacético,
El único que piensa y que se expresa
En Poesía y loquimática,
El único que reina y que gobierna los espacios,
Las hadas cibernéticas.
El único que enhiesta su lanza inseminante
Sin traumas ni complejos
En minkas como orgías poliformes,
Que busca y que encuentra
Y vive en eternas insurgencias,
Marinero en equinos de totora.
El gran operador, maestre supermáximo
Que ofende a lo sagrado
Que monta a las estrellas
Y amansa a los planetas
como a sus ancestros...



OCTAVO


Soy un amancay / El fenómeno del Niño.
Yo soy el canto. La sinfonía roja
Del sol, del hombre y sus riñones,
Múltiple, inflexible, sin plata pero siempre
El ídolo de las mujeres,
El que siempre manda y no obedece,
El que crea y procrea y hace pedazos
Adalides, volcanes y Quízquiz invisibles
Con química sexual, lumbre azul de quimeras;
El nervio operador del canto y la impaciencia social
El verbo del trueno y los diluvios
El riego abrasador de multitudes
Hirviente de larvas y paujiles
De granos y coágulos, de labios y colmillos
Que fecundan los óvulos ardientes.
El río semental con hambre y dinamita
Que horada cordilleras, abre túneles maduros,
Refresca la impudente coca y las usinas,
Reproductor de vida lucífera, electrónica.



NOVENO


Soy el que vive en una nube
El pensador centrífugo, pragmático,
Mural de paradojas,
Motor, mordiendo siempre con ardor surrealista
Llevo en mis venas sangre del Kilimanjaro
Fuego de las Cruzadas
Esencia y zumos de las cumbres del Huascarán
El instinto lunático de ayer, de HOY, de todo el tiempo,
Chamán devastador de Sipán, de Paiján, de Chan Chán y Facalá.
El que luce las cóleras más vivas – INMORTALES –
Los músculos fornidos de la espada,
Las lenguas codiciosas del puñal;
El único que siempre revienta las cinturas.
Sostengo y reafirmo:
Soy el que soy
Un horno sedicioso
La Santa Inquisición
El negro Pachacámac:
Un genio montaraz
El ente posesivo
De Dios y del demonio
De la Madre Santísima y las Vírgenes rameras
Del Estado Satán y el aeda cantor
del gran crimen del poder, de la ciencia y el arte mercenario,
Hasta el gran genio
De la bomba de uranio
Y el verbo nuclear
De las potencias.. y las urbes insulares.