miércoles, 16 de septiembre de 2009

ASÍ FUÉ MI ANDAR

Así fué mi andar, despiadado

Este fué mi destino, sombrío

Tenía que ser así:

Un hambriento obnubilado,

Escribidor tan hórrido y sin pelos en la lengua;

Un soñador tan necio, tan loco de aventuras.

Contestatario insolente, ténaz y subversivo.

Solo leal y consecuente,

Con sus grandes martirios

Y anhelos amorosos:

La libertad, lo verdadero, la belleza.

Un apóstol amoral, insólito,

Alentador tribunicio de inmortales utopías.

¡Salud! ¡Salud! Y grandes alegrías,

¡De amor, liberación y poesía!

¡Viva la Santa Anarquía!


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